El clima polar o gélido se caracteriza por tener casi permanentemente temperaturas por debajo de 0 °C; y escasas precipitaciones. La humedad en el aire es inexistente y el viento suele ser bastante intenso, lo que hace aún más hostiles las condiciones de vida en este clima.
El clima polar se da principalmente en los dos polos, alcanzando unas condiciones más severas en la Antártida, puesto que al tratarse de un continente, las temperaturas son más frías que las del Polo Norte, llegando a alcanzar los -70, -80 y hasta -89,5°C (récord en la superficie de La Tierra). El clima de las zonas más altas de las principales cordilleras del planeta se asemejan mucho al polar, pudiéndose dar en las cumbres del Himalaya, de los Andes o de las montañas de Alaska.
Los medios naturales de la zona fría o medios polares se localizan entre el Círculo Polar Ártico y el Polo Norte y entre el Círculo Polar Antártico y el Polo Sur; es decir: entre los 65 y los 90° de latitud norte y sur.